Estibaliz Benito: “Tenemos que borrar etiquetas de “inmigrante ilegal” y conocer la realidad de cada persona”
En zuom nos gusta la diversidad, creemos en la cohesión social y escuchamos
muy atentamente las historias de las personas, por eso hemos acudido a
Mescladís. Por eso y porque Flavita Banana nos lo pidió como primer paso de la
cadena zuom.
Nos reunimos con Estibaliz Benito, pedagoga de la asociación, pero el
movimiento del restaurante nos ha dado la oportunidad de hablar con mucha más
gente del equipo. Nos han acogido con una sonrisa y los brazos abiertos y nos
despedimos con intención de volver.
El Espai Mescladís es un rincón con
encanto, muy original y acogedor; con sillas de colores, manteles de flores,
plantas, estanterías antiguas y muchas fotos. Muchxs lo relacionarán con un
café, el bisap y algo para comer, pero a nada que te fijas en los objetos
expuestos o en las camisetas de lxs camarerxs, te das cuenta de que hay algo
más. Flavita Banana también se preguntó lo mismo, dando así comienzo a la
cadena zuom:
Estibaliz:
El Espai Mescladís es un restaurante de la Fundació Ciutadania Multicultural, que es como se llama el proyecto y a través del cual nos autofinanciamos. El proyecto más importante de la fundación es “Cuinant oportunitats”, un proyecto de formación de camareros y ayudantes de cocina para personas migrantes en riesgo de exclusión sin documentación legal para trabajar. Se forman en la escuela de cocina del Mescladís- en la calle Caspe-, y una vez finalizado el curso, hacen prácticas en empresas.
El Espai Mescladís es un restaurante de la Fundació Ciutadania Multicultural, que es como se llama el proyecto y a través del cual nos autofinanciamos. El proyecto más importante de la fundación es “Cuinant oportunitats”, un proyecto de formación de camareros y ayudantes de cocina para personas migrantes en riesgo de exclusión sin documentación legal para trabajar. Se forman en la escuela de cocina del Mescladís- en la calle Caspe-, y una vez finalizado el curso, hacen prácticas en empresas.
Aproximadamente un
30% de ellos consigue regularizar la situación en las empresas donde han hecho
las prácticas. No es mucho, la verdad, pero nuestra idea es poder encontrar más
y más restaurantes u hoteles que puedan acoger de prácticas a este grupo de
personas. Por otra parte, El club de Feina es un proyecto nuevo que estamos
creando con el fin de orientar a aquellos que, una vez terminado el curso, no
encuentran trabajo. Lo realizaremos junto con los estudiantes de magisterio de
la Blanquerna.
A parte de eso, Mescladís también hace una labor educativa de llevar no solo nuestra filosofía a entidades más formales, sinó también al ámbito más informal. Así como trabajos en red con las diferentes entidades que forman parte del tejido asociativo del barrio del Born.
¿Cual es tu labor como pedagoga?
Yo, por una parte, me ocupo de temas de
educación más formal, ya que llevamos a cabo programas de “aprenentatge i
servei” con diferentes escuelas. Actualmente con una de comercio internacional?
y también con la Blanquerna.
Por otra parte, en cuanto al aprendizaje
informal, hemos hecho proyectos comunitarios en diferentes barrios. Por
ejemplo, el “Qui som”,
que trata de reflejar diferentes identidades y diversidades que hay en el Born.
Eso mismo también lo hicieron en Montcada i Reixac y en Sant Adriá del Besós,
donde hicieron un proyecto llamado “encajados”, que trabajaron con el fotógrafo
Joan Tomás. Al mismo tiempo, había puntos de encuentro con gente mayor, con
personas migrantes, coloquios, talleres de cocina…
En Mescladís rompéis barreras a través de
la gastronomía.
Si, la cocina es el punto que nos une a
todos, independientemente del origen que tengamos. Realizamos también talleres
de cocina de diferentes partes del mundo, en los que una persona de un país
hace un plato típico y luego entre todos cocinamos y comemos. Luego la persona
explica el plato y también su historia personal, porque las personas migrantes
sufren una invisibilidad, no tienen voz. Existe una etiqueta de inmigrante,
pero más allá de eso, las personas no ven que detrás hay toda una historia de
vida; esa persona tiene conexiones con su país, puede haber estado trabajando
en cosas muy interesantes y ahora no lo puede hacer, en definitiva, tiene
muchas cosas que aportar. Esta invisibilidad se agudiza más aún si eres mujer.
Desde Mescladís queremos dar visibilidad a
estas personas. Hay muchas más cosas que nos acercan que las que nos alejan,
por eso tenemos que borrar etiquetas de “inmigrante ilegal” y conocer la
realidad de cada persona. Muchos se han jugado la vida, hay gente que se está
muriendo, familias endeudadas, el tráfico de personas, algunos actualmente son
esclavos de mafias… Todo esto es consecuencia de políticas mal hechas que no
tienen en cuenta la inmigración y que no le dan una solución coherente.
¿Cómo, o a raíz de qué, surge la idea de
crear el Mescladís?
Mescladís nace a manos de Martín Habiague,
el cual no se había dedicado nunca a temas de educación ni de sociología.
Cuando vino de Argentina a Barcelona, habiendo pasado antes por Bélgica, vió en
primera persona como la extranjería impedía muchas cosas, entre ellas el acceso
al mercado laboral. A raíz de observar y analizar esas trabas, surgió este
proyecto que tiene como pilar fundamental la cocina. De hecho, Mescladís nació
como un crowfunding, no exactamente como tal, ya que en esa
época no existía dicha plataforma, pero sí que empezó con microcréditos,
microfinanciación. La idea de Martín se basaba en dar respuesta a una situación
que le parecía completamente injusta, y pensó que, cogiendo la cocina como eje
principal, podría crear un espacio de convivencia.
Al ser una fundación sin ánimo de lucro, ¿cómo conseguís la financiación para realizar las actividades?
El 95% de la financiación la sacamos del
restaurante/bar, con la cual pagamos los sueldos, a los proveedores, etc. Es un
espacio realmente atractivo y que a la gente le gusta venir. Acabamos de abrir
otra cafetería en Gracia, en la calle Asturias, cerca de la Plaça Virreina. El
público que acude a estos dos espacios es diferente; por ejemplo, en el que
estamos ahora, en el barrio de la Ribera, la mayoría son turistas y muchos no
conocen el espacio más allá del bar, aunque sale toda la información en las
cartas.
¿Y el 5% restante?
De subvenciones de l'Ajuntament de
Barcelona, de la Diputació... Es evidente que con solo el 5% no podemos vivir
de subvenciones. Y aunque tenemos algunas y no nos cerramos a tener más,
el no depender de este tipo de financiación te da una autonomía y una autogestión
muy beneficiosa.
¿Sois parte
de alguna red que haga este tipo de labor?
Si, y vamos a más. Justamente yo como
pedagoga y educadora social, una de mis funciones es la de crear este tejido
entre empresas, fundaciones y asociaciones. Antes eran más puntuales, pero
ahora tenemos una red cada vez más sólida. Por ejemplo, junto con la fundació
ADSIS, hemos creado un proyecto llamado “Divendres al Pou”, el cual forma parte
de “Salut als barris”. También trabajamos con el Casal de Gent Gran, con el Centre
Cívic Convent de Sant Agustí...
Este año el objetivo será ampliar esa red.
Ya formamos parte de la xarxa de dinamización del barrio y queremos estar más
presentes e involucrarnos más de una manera más asociativa.
¿Qué tipo de actividades realizáis para
llevar a cabo esa labor de dinamización social?
Por ejemplo, cada sábado, salimos a la
plaza y un grupo de monitoras dinamiza la actividad. Preparamos el material, la
programación, talleres...es algo muy sencillo para que los niños jueguen. En la
plaza hay un campo de fútbol que lo domina todo y los demás no tienen sitio
para nada, apenas tienen oferta de ocio, lo cual se lleva reivindicando hace
tiempo. Por lo tanto, lo que hacemos es ofrecer algo diferente. Además, ahora,
los padres y madres han empezado a acercarse y a participar.
También realizamos un campeonato de
baloncesto para los jóvenes, siempre siguiendo la lógica de la red. Los chicos
que la fundación ADSIS deriva a estudiar el curso Cuinant Oportunitats,
preparan la merienda, la reparten, participan en las actividades… Mescladís se
suma a los proyectos de la fundación ADSIS, que son los que de verdad conocen
el barrio.
Tenéis un nuevo proyecto entre manos, el
de comercializar una cerveza, ¿Verdad?
Si, de hecho ya la tenemos casi hecha.
Nuestro objetivo es hacer lo mismo que hacemos con el programa de Cuinant
Oportunitats, pero en vez de formar a ayudantes de cocina, formar a
futuros profesionales de la cerveza. Este proyecto lo llevamos a cabo con la
08, cerveza, junto a la Almogàvers, que tenemos aquí en el restaurante. Primero
nos hicieron una con la flor de bissap, o flor de Jamaica en México, la cual es
una flor que en África Subsahariana la utilizan para curar todo tipo de males y
que en el restaurante la servimos como bebida refrescante. Pero al probarla
vimos que tenía un gusto muy exótico y que quizás te tomas una, pero no
repites, así que decidimos crear una más normalita. Recientemente hemos ido a
probar la creación y ahora estamos con la campaña de recaudación y de aprendizaje servicio, juntamente con ESADE y con los
alumnos del grado de comercio internacional de la ETP Xavier.
La ubicación del Espai Mescladís es estratégica, está situado en medio de
dos realidades
En este barrio de la Ribera hay un muro invisible. Por una parte, hay una plaza llena de terrazas, junto a una calle llena de tiendas modernas, mucho comercio, gentrificación... y, por otra, está la plaza del Pou de la Figuera. Los dos grupos de población que viven en este barrio son completamente diferentes. A un lado puedes encontrarte con una familia de alemanes, belgas y franceses que pagan una barbaridad por un piso y a su vez, en el otro, a una familia de Pakistán con un piso en condiciones muchísimo peores. Esta plaza del Pou de la Figuera se ha quedado un tanto estigmatizada, no hay tanta afluencia de público y se ha creado una especie de visión negativa de ella. Por lo tanto, las dos realidades están una junto a la otra, pero no siempre conviven.
En este barrio de la Ribera hay un muro invisible. Por una parte, hay una plaza llena de terrazas, junto a una calle llena de tiendas modernas, mucho comercio, gentrificación... y, por otra, está la plaza del Pou de la Figuera. Los dos grupos de población que viven en este barrio son completamente diferentes. A un lado puedes encontrarte con una familia de alemanes, belgas y franceses que pagan una barbaridad por un piso y a su vez, en el otro, a una familia de Pakistán con un piso en condiciones muchísimo peores. Esta plaza del Pou de la Figuera se ha quedado un tanto estigmatizada, no hay tanta afluencia de público y se ha creado una especie de visión negativa de ella. Por lo tanto, las dos realidades están una junto a la otra, pero no siempre conviven.
¿Cómo llegan a vosotros lxs alumnxs?
La gran mayoría llegan aquí derivados de Cáritas, CEAR, por la Comisión
Española de los Refugiados, u otras entidades. Y siempre dejamos un par de
plazas para personas que nos conocen y nos llaman directamente, pero,
generalmente, los cursos se suelen llenar.
¿Y cuál es su perfil?
Los camareros suelen ser más jóvenes, mientras que el perfil de los ayudantes de cocina es un perfil más adulto. Son personas de cualquier parte del mundo, y suele variar, depende mucho de los movimientos migratorios. Ahora mismo hay chicos de Marruecos, de Senegal, de Camerún, de Nigeria y de la República Dominicana. En cambio, el pasado año la mayoría eran sudamericanos.
¿Chicos y chicas?
Los camareros suelen ser más jóvenes, mientras que el perfil de los ayudantes de cocina es un perfil más adulto. Son personas de cualquier parte del mundo, y suele variar, depende mucho de los movimientos migratorios. Ahora mismo hay chicos de Marruecos, de Senegal, de Camerún, de Nigeria y de la República Dominicana. En cambio, el pasado año la mayoría eran sudamericanos.
¿Chicos y chicas?
Normalmente sí, pero siempre suele haber
menos chicas, lo cual refleja la realidad de la migración. Las mujeres se dedican
a otro tipo de trabajos, domésticos en general. La edición pasada tuvimos dos o
tres chicas y nueve chicos.
¿Os habéis encontrado con perfiles que oponen resistencia?
¿Os habéis encontrado con perfiles que oponen resistencia?
Si, claro, y es que tenemos que tener en
cuenta de que hay personas que llegan aquí si saber cómo cortar una zanahoria,
tal cual. A algunos les encanta y les motiva muchísimo, incluso se implican en
el proyecto, pero existe un porcentaje, muy pequeño, que desaparece del
curso.
Más allá del aprendizaje de carácter más formal, y
desde una mirada más externa, ¿qué educación imparte Mescladís?
Yo creo que una de las bases es juntar en
un mismo curso a gente que no se conoce, de edades y de orígenes muy diversos y
que no dominan la lengua. Eso es todo un desafío. Una de las cosas que más recalcamos
es el respeto hacia todos los compañeros y el tener la mente muy abierta.
Aquí tenemos cabida para todos y
aprendemos los unos de los otros. Muchas veces propiciamos el diálogo con base
en el origen e historia de cada uno, ya que, a veces, pueden ser grupos muy
cerrados. Los chicos de Marruecos tienden a hablar entre ellos en su idioma,
los de Senegal, también…entonces, propiciamos que el diálogo sea abierto y que
lo podamos entender todos, para así enriquecernos mutuamente.
Sería incongruente decir que Mescladís es
un espacio de diversidad si luego no lo ponemos en práctica. Queremos que sea
un lugar en el que los alumnos se sientan a gusto y que a su vez les aporte
algo a nivel humano al estar en contacto con la cultura local y con otras al mismo
tiempo.
Y todo esto, ¿qué impacto tiene en ellxs,
en el barrio, en la ciudad…?
Yo creo que el mayor impacto se da en
ellos, ya que es una ocasión que difícilmente encontrarán en otros sitios. Se
forman en algo que ni siquiera se habían planteado y además les da una
oportunidad para entrar en el mercado laboral.
Por otro lado, nuestra filosofía queda
impregnada en este alumno que está haciendo prácticas y también en la empresa,
por lo tanto, se les hace ver que detrás de ese curso de cocina hay toda una
labor social.
¿Qué opinas de la metodología del
aprendizaje servicio?
Dentro de dos años va a ser obligatorio
que los alumnos de tercero y cuarto de la ESO desarrollen al menos un proyecto
de aprendizaje servicio con una entidad. La educación es pura evolución y la
tradicional hasta ahora no estaba sirviendo. Hay que implicarse, no solo con
las entidades, sino que un niño o niña, o un adolescente, lo es en su contexto
y tienes que contextualizar a esa persona.
Yo creo que el aprendizaje basado en un proyecto
real lo recordarás más que un aprendizaje memorístico, pero no todas las
escuelas están dispuestas a hacer esto. Y es que es un trabajo muy duro que
requiere la implicación del profesorado y muchos cambios en el currículum
educativo. También hay muchos profesores y escuelas abiertas a este modelo que
quieren enseñar a vivir en la sociedad de la cual somos parte, y no enseñar
cosas que luego el alumno no aplicará. Saldrá a la calle siendo una persona que
está completamente fuera de la sociedad. Yo tengo esperanza.
Al igual que el micromachismo, también
existe el microracismo. ¿Dónde y cómo se refleja?
Se refleja en todos los ámbitos de la
vida. Por ejemplo, Soly, un compañero de Senegal, me contaba que si se acerca
alguien que quiere preguntar algo, primero se dirige a una persona blanca. Eso
pasa. Pero, por lo demás, y afortunadamente, en Mescladís no hemos tenido
ataques racistas. Y en las empresas en las que los estudiantes hacen prácticas
tampoco, el trato es muy bueno. Si se quejan de algo, lo hacen de la persona,
no del origen.
Eso sí, hay un gran desconocimiento de la
realidad migratoria y eso sí que nos afecta. No se sabe cómo han llegado hasta
aquí; quizás han estado dos largos años viajando o han pagado 8000 euros a una
mafia… también se desconoce que en el Estado Español hay que estar empadronado
tres años para poder acceder a un puesto de trabajo. La mayoría de la gente no
se lo imagina, y precisamente, la labor de Mescladís es visibilizar a estas
personas y sus historias de vida, escondidas detrás de etiquetas. La parte
positiva es que después de conocer las diferentes realidades, la gente
reflexiona, y eso ya es un gran paso.
Comentarios
Publicar un comentario